Durante el Clasicismo, la orquesta evoluciona hasta convertirse en uno de los medios de expresión más utilizados por los compositores. Las orquestas poco a poco se fueron uniformizando, de manera que hacia finales del siglo XVIII ya podemos hablar de un modelo de orquesta clásica con una sección de cuerda (violines, violas, violonchelos y contrabajos), una de viento (flautas, oboes, clarinetes, fagots, trompas,…) y una de percusión (timbales, platillos,…)
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En esta concreción de la orquesta destaca la labor de Johann Stamitz, músico promotor y director de la Escuela de Mannheim, una escuela de música situada en esa localidad alemana que en su época contó con la mejor orquesta del mundo la orquesta de Mannheim.
Johann Stamitz
Los instrumentos experimentan cambios notables gracias a las mejoras técnicas que permiten explorar nuevas posibilidades sonoras. El piano, invención de Bartolomeo Cristophori, sustituirá al clavecín gracias a su capacidad de crear diferentes dinámicas. A los instrumentos de viento de la orquesta se añade ahora el clarinete gracias a dichas mejoras técnicas.
Piano de Bartolomé Cristophori
Clarinete s. XVIII
Junto a la música para orquesta la música de cámara, es decir, la música escrita para un reducido número de intérpretes también experimenta un gran desarrollo. De entre todas las combinaciones camerísticas: dúos, tríos, etc. destaca el cuarteto de cuerdas formado por dos violines una viola y un violonchelo. Será el músico Haydn quien popularice la música para esta agrupación de instrumentos para la que compuso un gran número de obras.
Cuarteto de cuerdas