LA DANZA
La aristocracia europea sentía pasión por el lujo y las grandes fiestas. Para celebrar cualquier acontecimiento, organizaban festines en los que la música y la danza siempre es estaban presentes.
Las danzas que se bailaban en los salones europeos seguían siendo básicamente las mismas que se habían dado a lo largo del Renacimiento (pavana, gallarda, branle,...). Pero a partir de 1600 surgirá una nueva danza que se convertirá en la protagonista del periodo: el minué o minueto.
Se trata de una danza lenta de ritmo ternario Fue introducida con ese nombre en la corte francesa por Jean-Baptiste Lully (1673), que la incluyó en sus óperas y, a partir de ese momento, formó parte de óperas y ballets. Este elegante y majestuoso baile de figuras suplantó a la antigua courante durante el periodo rococó, que llegó a denominarse “edad del minueto.
Es la única danza de la suite conservada en la sonata.
En el siguiente vídeo se escuchan dos minuetos el minueto I y el minueto II a partir del segundo 48, ambos de tempo lento y carácter ceremonioso que contrastan a partir del minuto 3,06 con la giga , una danza mucho más rápida y animosa.
