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CINE MUSICAL

HISTORIA DE LAS BANDAS SONORAS:

 

Los comienzos de la música en el cine. El cine mudo.

El cine mudo tenía música. Las imágenes se acompañaban con música tocada por un piano, un órgano o una orquestina. La música servía para romper el hielo, para dar vida a las imágenes y para tapar el ruido de los proyectores que no estaban separados todavía del público. Se utilizaban muchos arreglos musicales del repertorio clásico que representan determinados clichés y que aún se emplean en los dibujos animados: la nana  de Brahms para el sueño, la Obertura de Guillermo Tell de Rossini para una persecución, la marcha fúnebre de Chopin para la muerte, los arpegios para el agua, etc.

El cine sonoro:

Con la  llegada del cine sonoro tras el estreno de la película El cantor de jazz en 1927,  apareció el concepto de Banda Sonora Original (B.S.O) que incluye la música, los diálogos y los efectos de sonido.

Se utilizaba el sistema Vitaphone, en el que la banda sonora no era grabada en la propia película, sino que era grabada separadamente en discos fonográficos. El cine sonoro fue concebido para difundir cada película con su música, una música que ya no iba a variar según la sala o los medios, sino que permanecería indisolublemente ligada a ella e idéntica (para bien o para mal, como en el caso de las malas interpretaciones o las malas mezclas) para siempre.

Los años treinta:

En los años treinta se mantuvieron los tópicos del cine mudo a la par que se crean partituras cinematográficas en el estilo de grandes compositores como Wagner o Tchaikovski. El cine mudo desaparecerá por completo a lo largo de esta década.

El sistema Movietone permitió grabar el sonido incluido en la película. Las películas sólo tenían una pista para sonido que contenía sonido ambiente, diálogos y música. Cuando estas películas eran dobladas en otros idiomas, la música tenía que ser cambiada también.

También se inicia el uso del  leitmotiv para caracterizar a los personajes y situaciones principales, como se puede ver en la película Lo que el viento se llevó (1939) con música de Max Steiner.

Los años cuarenta:

La década de los cuarenta es la década dorada en la música de las películas de Hollywood, donde se marcó el camino a seguir y una manera de hacer cine que sería la «norma». Se  mantiene la música sinfónica que imitaba a los compositores clásicos románticos y que será la nota dominante durante las dos décadas siguientes para películas como Ben Hur o Quo Vadis con  música de Miklos Roza

Los adelantos técnicos permitieron la grabación en tres pistas separadas para los diálogos, el sonido ambiental y la música, lo que posibilitó que las películas fueran dobladas en otros idiomas sin perder la banda sonora.

Los años cincuenta:

El declive de la asistencia de público, que descubrió en estos años la televisión como medio de entretenimiento, obtuvo como respuesta avances técnicos como el color, el cinemascope o el sonido estereofónico para atraer de nuevo a la audiencia. La música sinfónico-romántica desapareció para dejar paso a la modernidad,  a través del uso del jazz. Se pusieron de moda las bandas sonoras con un tema fácil de reconocer.

Los años sesenta:

La década de los 60 está marcada por dos tendencias opuestas: se inicia con el auge de las películas espectaculares con bandas sonoras complejas y suntuosas, tendencia que ya venía  de la década anterior,

Por otro lado, se irá desarrollando un nuevo concepto de banda sonora adecuado a los nuevos tiempos e influido por el ascenso imparable de la música pop.

Los años setenta:

El conflicto entre música pop y sinfónica se suaviza. Una partitura sinfónica encabeza las listas de ventas y ganara un disco de platino. Éste fue el caso de La guerra de las galaxias  (StarWars 1975), de John Williams, que vendió dos millones de discos. Esto provo­có un doble boom: por un lado, las discográficas empezaron a mos­trar un gran interés por la edición de bandas sonoras; por otro, los productores empezaron a pedir a los compositores un sonido «a lo Williams», lo que llevó a la recuperación de la escritura para gran orquesta sinfónica. Otra figura fue Ennio Morricone que popularizó el uso de los silbidos y los gritos en el género del spaguetti western 

Los años ochenta:

A la música sinfónica, se añade la música electrónica fundamentalmente gracias al uso de los sintetizadores. La utilización del sintetizador y la electrónica, permitía dominar todas las fases de producción musical, desde la composición a los arreglos y la interpretación final.

Años noventa y comienzos de un nuevo siglo:

La música cinematográfica se ha convertido en un género discográfico comercializado independientemente. Las discográficas descubren  un público poten­cial que va con frecuencia al cine y se «queda» con la música o canción de una película. Así, una canción que no ha sido compuesta para una película, por el hecho de aparecer en la misma, sirve para con­seguir una buena venta de discos. Quentin Tarantino incluyó canciones de rock and roll clásico en sus películas Reservoir Dogs y Pulp Fiction.
El estilo sinfónico continuó con James Horner (Braveheart, Titanic).
Otros compositores destacables eran:
Danny Elfman (Eduardo Manostijeras y muchas más películas de Tim Burton).
- Michael Nyman (El piano).

 

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